Costa Rica: Innovación en la Conservación Marina con Inteligencia Artificial

Costa Rica: Innovación en la Conservación Marina con Inteligencia Artificial

En la búsqueda de un equilibrio entre el desarrollo y la preservación, Costa Rica ha dado un paso significativo hacia la conservación de sus valiosos ecosistemas marinos. Al enfrentar el creciente problema de la recolección indiscriminada de conchas marinas, el país ha desarrollado una herramienta innovadora de inteligencia artificial que no solo identifica el origen de las conchas, sino que las clasifica según su ecosistema, ya sea del Caribe o del Pacífico. Esta sistema revolucionario se enmarca dentro del proyecto “De Vuelta a Casa”, que tiene como objetivo devolver estas conchas a sus hábitats naturales, mitigando así el daño ambiental causado por su recolección masiva.

Un Enfoque Colaborativo para un Problema Global

La importancia de esta tecnología radica en su enfoque colaborativo, impulsado por FIFCO y aliados como Aeris, el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), y la Universidad de Costa Rica (UCR). Todos han trabajado juntos para abordar un problema ambiental que no solo afecta a Costa Rica, sino también a otras áreas turísticas en el mundo. Anualmente, las autoridades costarricenses incautan entre 5 y 6 toneladas de conchas marinas en los aeropuertos. Sin embargo, la falta de identificación del origen de estas conchas ha impedido su regreso al ecosistema adecuado, lo que podría tener consecuencias aún más negativas sobre la biodiversidad local.

Una Solución Innovadora

En el corazón del proyecto “De Vuelta a Casa” se encuentra una increíble herramienta de inteligencia artificial capaz de identificar el ecosistema de origen de las conchas mediante una simple fotografía en pocos segundos. Este sistema ha sido entrenado con más de 19,500 imágenes de 525 especies de conchas marinas, permitiéndole alcanzar una precisión de hasta el 90% al distinguir si una concha pertenece al Caribe o al Pacífico. José Pablo Murillo, gerente de Connections Marketing en FIFCO, destacó que la iniciativa nació de una alianza estratégica con varias entidades y tiene como meta abordar el creciente problema de la recolección y tráfico de conchas marinas en Costa Rica, una práctica que, aunque parezca inofensiva, impacta negativamente en los ecosistemas marinos.

El Poder de la Comunidad

Este ambicioso proyecto también se debe a la meticulosa recopilación de imágenes y al esfuerzo de más de 200 voluntarios que ayudaron a clasificar las conchas utilizando la aplicación. El resultado ha sido una histórica devolución de más de 36,000 conchas al océano, restaurando su papel en los ecosistemas marinos y destacando el impacto positivo de este modelo en la conservación de la biodiversidad.

Impacto Global

No solo Costa Rica se beneficiará de esta innovación; FIFCO ha decidido ofrecer el modelo de inteligencia artificial a la comunidad científica y a organismos internacionales a través de un código abierto. Esta decisión permitirá que otros países con desafíos similares adapten y entrenen la tecnología para sus propias especies marinas. Se abre así la puerta a una solución replicable a escala mundial, lo que permitirá a más naciones con costas en dos océanos, como Colombia, utilizar esta tecnología para proteger sus ecosistemas marinos.

Un Futuro Sostenible

Maria Pía Robles, directora de Relaciones Corporativas de FIFCO, enfatizó que este modelo no solo aborda un problema local, sino que posiciona a Costa Rica como líder en innovación tecnológica para la conservación marina. Además, promueve un enfoque colaborativo que amplifica el impacto del proyecto, democratizando el acceso a la tecnología y facilitando la protección de la biodiversidad marina a escala global.

Generando Conciencia

Aunque la tecnología juega un papel crucial en esta solución, los responsables del proyecto también reconocen la importancia de generar conciencia pública. A través de documentales y materiales educativos, se busca sensibilizar tanto a los turistas como a la población en general sobre el impacto negativo de la recolección de conchas marinas y la necesidad de preservarlas para las futuras generaciones. Como bien indicó José Pablo Murillo, muchas personas desean devolver las conchas que tienen en casa, y su preocupación es valorada. No obstante, es fundamental que estas acciones se realicen bajo la supervisión de expertos para garantizar que la limpieza y preparación se efectúe correctamente.

Al final, la historia de “De Vuelta a Casa” no es solo sobre tecnología, sino sobre la fuerza de una comunidad unida por un propósito común: la protección y recuperación de nuestros ecosistemas marinos. Juntos, podemos hacer la diferencia y asegurar que futuras generaciones disfruten de la belleza y diversidad que nuestros océanos tienen para ofrecer.

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