En un descubrimiento fascinante, investigadores han encontrado sorprendentes similitudes entre el lenguaje humano y las vocalizaciones de las ballenas, especialmente las ballenas jorobadas. Publicados en revistas de prestigio como Science Advances y Science, estos estudios revelan la eficiencia y complejidad estructural de estos colosos marinos.
Eficiencia y Complejidad Estructural
Los científicos examinaron los cantos de 16 especies de cetáceos, entre ellos delfines y diversas ballenas. Al aplicar las leyes lingüísticas de Menzerath y Zipf, descubrieron que las vocalizaciones de las ballenas muestran una notable eficiencia. De acuerdo con la ley de Menzerath, composiciones más largas tienen elementos más cortos, incrementando la eficiencia. Mientras que la ley de Zipf sugiere que elementos más usados son más breves, optimizando la comunicación.
Cumplimiento de las Leyes Lingüísticas
Según el análisis, 11 de las 16 especies estudiadas cumplían con la ley de Menzerath. Es impresionante que las ballenas jorobadas y azules, en particular, también siguieran la ley de Zipf, igualando la eficiencia observada en el lenguaje humano, y en algunos casos, incluso superándola.
Transmisión Cultural y Aprendizaje
Con base en métodos análogos al estudio del habla infantil, la investigación liderada por Inbal Arnon de la Universidad Hebrea de Jerusalén encontró que las vocalizaciones de las ballenas jorobadas muestran patrones Zipfianos similares al lenguaje humano. Estos hallazgos sugieren que su comunicación también depende de la transmisión cultural, facilitando el aprendizaje y la perpetuación a lo largo de las generaciones.
Implicaciones
Estos descubrimientos cuestionan la exclusividad del lenguaje humano en cuanto a eficiencia y transmisión cultural. Las ballenas jorobadas demuestran que pueden tener sistemas de comunicación igualmente estructurados y eficientes, desafiando lo que alguna vez creímos saber sobre la complejidad de su lenguaje.
Los estudios no solo resaltan la sofisticación de la comunicación de las ballenas, sino que también abren nuevas perspectivas sobre cómo los sistemas de comunicación evolucionan y mantienen sus estructuras complejas a través del tiempo. ¿Qué más podríamos aprender de estos gigantes marinos y su forma de comunicarse?
